Dicho sea con todo el respeto a un jugador que
cambió la historia del Barça. El brasileño dimitió voluntariamente a los 26
años, la edad actual de Messi, pero sus trayectorias nada tienen que ver.
Ronnie se dejó ir porque ya tenía bastante; el argentino, simplemente, se ha
lesionado por saturación. Nada más. Se ha roto porque no existe el futbolista
biónico. Lo que es algo normal y habitual en cualquier deportista, es novedoso
en Messi porque ha parecido invulnerable durante los últimos 5 años. Ahora debe
parar porque no lo hizo cuando le tocaba, cuando se empezó a romper aquella bendita
noche del 2 de abril en París. El tiempo ha demostrado que volver a jugar tan
pronto fue un 'pan para hoy, hambre para mañana' producto de la necesidad de un
equipo 'messidependiente' y de una falsa sensación divina con Leo que todos
hemos llegado a creernos. No, Messi es humano. Se lesiona como todo el mundo y,
cuando no juega con confianza, se nota. El Barça lo entendió/intuyó fichando a
Neymar de forma preventiva, y él debe asumirlo para aprender y volver siendo
mejor de lo que ya es. Ese es el reto de Messi.
El crack tiene dos meses largos por delante que
debe convertir en el gran punto de inflexión de su carrera. El momento es
ideal. El Barça es más sólido que nunca sin él, estamos en el tramo menos
decisivo de la temporada y se viene un 2014 mundialista donde todas las miradas
apuntarán hacia Leo. Lejos de presionarse, debe motivarse con ese horizonte. Le
toca recuperarse físicamente y oxigenarse mentalmente. Una lesión siempre es
una desgracia, pero igual el bíceps femoral le ha hecho un favor a Messi. Le
convenía parar. Necesitaba un aviso serio para reflexionar, para darse cuenta
de que no puede jugar siempre, para descubrir que las molestias son la antesala
de la rotura, para ver que los veranos son para descansar, para chequear sus
rutinas, para dejarse aconsejar por los que le quieren y por los profesionales
que le rodean... Ser el mejor de la historia chutando un balón no significa
tener la razón absoluta. Si Messi entiende la lección, como decía esta semana
Valdano, su mejor versión está por llegar. La plenitud está mucho más cerca que
el declive.
Al contrario que Ronaldinho, Messi ha pecado más
por exceso (de fútbol) que por defecto. Leo ha llegado hasta aquí porque nunca
ha tenido suficiente. A menudo parece que la felicidad solo le llega a través
del fútbol y eso debe rectificarlo canalizando su voracidad y siendo más
selectivo. Toca levantarse después de esta caída, como siempre hacen los más
grandes.
Gracias a Dios que me ha dado tanto en la vida
incluso un lector como tu!
Redactor: Jesus Sanchez (@sircule2012)
RECUERDEN SEGUIRNOS EN TWITTER A TRAVÉS DE @ELDIARIOCULE
No hay comentarios:
Publicar un comentario