Blatter se siente culpable. Poco tiempo pasó desde su
osada falta de respeto hacia Cristiano, ahora como siempre sucede, la
conciencia es la espina que hurga en la herida o que en su caso lo hace
arrepentirse por su lamentable falta de respeto.
Pero lejos de la irrespetuosa actuación del suizo, no
es anormal que se busque compensar el daño ocasionado, se ha demostrado muchas
veces en algunos encuentros, un penal mal pitado, una expulsión inexistente,
compensados con similares excesos. No es normal que Blatter justamente al
terminar el encuentro de repechaje entre Portugal y Suecia, enviara un tuit a
Cristiano, felicitándolo por la clasificación y además permitiera que se
ampliara el período de votación para el Balón de Oro. Una clara muestra que la
culpa y el arrepentimiento de Blatter excedieron incluso sus más grandes y bochornosas
decisiones.
¿Por qué ampliar el período de votación para el Balón
de Oro, precisamente después que con cuatro goles del portugués se haya
clasificado su selección? Quizá no seré el único ni tampoco el último que se
cuestione el motivo para incluir los partidos del repechaje dentro de la
votación, pero a falta de pruebas, el momento y el contexto indican que la culpa tiene a Blatter tomándose de los
pelos por la mayúscula metida de pata, o más bien sacada de lengua.
Hace unos días hablaba sobre el daño que el máximo mandatario
de la FIFA estaba haciendo al Balón de Oro, ahora el tiempo ha dado la razón,
ampliar un período de votación argumentando las razones que sean, dejan muy mal
parado al suizo, y con una clara culpa compensatoria hacia el portugués, quién,
ni lento ni perezoso, ha ido micrófono en mano, haciéndose la víctima, sintiéndose
irrespetado y mostrándose con la imagen del niño mimado a quien no le compran
el juguete que quiere. Lamentable.
Sería estéril discutir en este momento quién merece o
no el trofeo, todos sabemos que Messi es el más grande, incluso sin ganar un
Balón, pero ha hecho falta pasar más de medio año caminando en un pie para que
se discutan sus logros, se ninguneen los trofeos ganados y se confabulen nuevas
teorías conspiratorias, en las que las preferencias de Blatter han llegado
hasta el último técnico y capitán de la selección más recóndita del planeta
para que ejerzan su voto a favor del argentino. Ilógico e irreal.
Hasta no hace poco creía que los méritos para el Balón
de oro se contabilizaban en un año calendario, ahora tal parece que lo único
que cuenta es anotar cuatro goles en un repechaje en noviembre y no ganar un
tan sólo título de relevancia para ser firme y sólido candidato. Para reír y no
creer más en nada.
Redactor: José Díaz (@JoMa_Days)
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