jueves, 21 de noviembre de 2013

La culpa molesta de Blatter


Blatter se siente culpable. Poco tiempo pasó desde su osada falta de respeto hacia Cristiano, ahora como siempre sucede, la conciencia es la espina que hurga en la herida o que en su caso lo hace arrepentirse por su lamentable falta de respeto.

Pero lejos de la irrespetuosa actuación del suizo, no es anormal que se busque compensar el daño ocasionado, se ha demostrado muchas veces en algunos encuentros, un penal mal pitado, una expulsión inexistente, compensados con similares excesos. No es normal que Blatter justamente al terminar el encuentro de repechaje entre Portugal y Suecia, enviara un tuit a Cristiano, felicitándolo por la clasificación y además permitiera que se ampliara el período de votación para el Balón de Oro. Una clara muestra que la culpa y el arrepentimiento de Blatter excedieron incluso sus más grandes y bochornosas decisiones.  

¿Por qué ampliar el período de votación para el Balón de Oro, precisamente después que con cuatro goles del portugués se haya clasificado su selección? Quizá no seré el único ni tampoco el último que se cuestione el motivo para incluir los partidos del repechaje dentro de la votación, pero a falta de pruebas, el momento y el contexto indican  que la culpa tiene a Blatter tomándose de los pelos por la mayúscula metida de pata, o más bien sacada de lengua.

Hace unos días hablaba sobre el daño que el máximo mandatario de la FIFA estaba haciendo al Balón de Oro, ahora el tiempo ha dado la razón, ampliar un período de votación argumentando las razones que sean, dejan muy mal parado al suizo, y con una clara culpa compensatoria hacia el portugués, quién, ni lento ni perezoso, ha ido micrófono en mano, haciéndose la víctima, sintiéndose irrespetado y mostrándose con la imagen del niño mimado a quien no le compran el juguete que quiere. Lamentable.

Sería estéril discutir en este momento quién merece o no el trofeo, todos sabemos que Messi es el más grande, incluso sin ganar un Balón, pero ha hecho falta pasar más de medio año caminando en un pie para que se discutan sus logros, se ninguneen los trofeos ganados y se confabulen nuevas teorías conspiratorias, en las que las preferencias de Blatter han llegado hasta el último técnico y capitán de la selección más recóndita del planeta para que ejerzan su voto a favor del argentino. Ilógico e irreal.


Hasta no hace poco creía que los méritos para el Balón de oro se contabilizaban en un año calendario, ahora tal parece que lo único que cuenta es anotar cuatro goles en un repechaje en noviembre y no ganar un tan sólo título de relevancia para ser firme y sólido candidato. Para reír y no creer más en nada. 

Redactor: José Díaz (@JoMa_Days)


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