Desde el punto de vista deportivo sigue pesando mucho la opinión que Pep Guardiola tiene sobre el futbolista. El técnico continúa valorando que Fàbregas es uno de los pocos futbolistas del panorama internacional que suben el nivel de la plantilla. Pep se implicó personalmente en el fichaje del de Arenys y le transmitió el papel que tendría dentro del entramado del equipo.
Cesc presionó al Arsenal para fichar por el Barça, sobre todo, por contar con el compromiso del entrenador blaugrana. Guardiola le apoyó durante todo el verano y fue una de la primeras personas a las que llamó Fàbregas cuando redactó el comunicado en el que confirmaba su continuidad en el club ‘gunner’. El centrocampista se encontraba en un callejón sin salida. Su sueño era el de vestir de blaugrana, ser dirigido por el entrenador que había sido su ídolo, pero las posturas del Arsenal y el Barça estaban muy alejadas. El ‘culebrón’ iba camino de alargarse durante todo el verano sin una perspectiva de un final feliz y cuando se incorporó a los entrenamientos del conjunto inglés decidió centrarse en el club con el que tiene contrato hasta el 2015.
La directiva blaugrana entendía que Cesc no era entonces un fichaje de primera necesidad como para hacer un gran esfuerzo y el proyecto deportivo dio un giro total. Ozil se comprometió con el Real Madrid y, tras analizar las distintas alternativas, el club se decantó por fichar un centrocampista de un perfil muy distinto como fue Javier Mascherano.
El escenario que se dibuja de cara a este verano volverá a depender del análisis que realice Pep Guardiola. Si el técnico mantiene su compromiso con Fàbregas, la secretaría técnica deberá apoyar al técnico ante la junta directiva. Los alrededor de 40 millones de euros destinados a fichajes irían destinados prácticamente en su totalidad a la incorporación del jugador del Arsenal. De todos modos, este margen puede ser superior si el Barça traspasa a algún futbolista cotizado en el mercado. Maxwell o Keita, por ejemplo, son futbolistas del ‘Plan B’ que han suscitado interés de clubs con posibilidades económicas altas como son el Zenit de San Petesburgo, en el caso del brasileño, y el Bayern de Múnich con el malí. Incluso, Alexander Hleb, cedido al Birmingham, podría reportar beneficios si se confirma el interés del FK Krasnodar del campeonato ruso, que podría ofrecer diez millones de euros.
En caso de ejecutarse alguna venta repercutiría en la política de fichajes posterior y, además de Cesc Fàbregas, se podría abordar la contratación de un central. El decreciente rendimiento de Gaby Milito y los problemas físicos que ha arrastrado esta temporada Carles Puyol han acentuado la conveniencia de fichar a otro zaguero, si bien Bartra y Fontàs están demostrando en el filial que ya están preparados para ascender al primer equipo.
Más allá de cuál sea el presupuesto final destinado a fichajes, el Barça cuenta con una ventaja importante en su posición negociadora con el Arsenal. El precio del jugador disminuirá si su equipo sigue con esta dinámica negativa y cae en picado. Seis años sin ganar ningún título serían demasiados y les resultaría casi imposible retener a su gran estrella. El club ‘gunner’ se vería obligado a vender a la baja. El conjunto inglés difícilmente podrá plantearse un traspaso por una cifra cercana a los 50 millones de euros y la operación se cerraría por mucho menos.
Los dirigentes blaugranas consideran que el Arsenal no puede tensar tanto la cuerda como el verano pasado, aunque los ‘gunners’ utilizarán también sus armas. Por ejemplo, el interés del Real Madrid para fichar a un centrocampista creativo les vendrá de maravilla para negociar un precio más alto, aunque Cesc solo sueña en azulgrana.
Fuente:Sport.es
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